Esta ha sido una semana muy intensa llena de exámenes y prácticas, por eso no he actualizado. La verdad es que he salido a cenar pero me apetece mucho hablaros de otro sitio, uno al que fui hace tiempo y al que quiero volver lo antes posible; se llama La Rue se localiza en Malasaña, mi zona favorita de toooodo Madrid.
c/ Espíritu Santo, 18 - Madrid. Parada de metro: Tribunal.
Como podéis comprobar es una crêperie, yo pedí una de chocolate y plátano que estaba deliciosa y mi amiga Marquiña, con la que fui, se pidió otra con fresas.
¿A qué tienen buena pinta? Os dejo la carta para que veáis vosotros mismos lo que os gusta. Los precios los considero bastante razonables para ser Madrid, para ser el centro y para lo ricas que estaban (jeje).
En mi opinión, solo tiene un defecto y es que el sitio es muy, muy pequeñito. No obstante, lo solucionan fácilmente con la posibilidad de pedir los crêpes para llevar; ¡de este modo nunca te quedarás con las ganas de problarlas!
Os dejo un par de fotos para que podáis ver detalles del interior, pero no muchos porque espero que vayáis siguiendo mi recomendación J
Siento que este post no sea muy extenso, pero lo bueno, si breve, dos veces bueno, ¿no? ;)
El próximo miércoles iré a un evento de Claire's con una amiga, ya os dejaré fotillos y os contaré todo con detalles.
¡Un saludo, un beso y que paséis una buenísima semana!
¡Hola, holita a todos y todas! Espero que hayáis tenido un maravilloso miércoles. Yo estoy muy contenta porque, a pesar de tener trabajo hasta más no poder, hoy me he quedado con la ultimísima plaza para particimar en la liga de debate de mi universidad, y eso me hace un poquitito feliz. Como ya he dicho, ya tengo tropecientas prácticas, exámenes, lecturas, etc, por lo que la entrada de hoy va a ser muy muy breve; pero intensa. Y es que, como buena amante del café, he hecho una lista con las cafeterías que aparecían en un artículo de la revista ELLE titulada "Un libro con leche, por favor". Cafeterías-librerías de las que, sin duda, he tomado nota. La primera que sale es Tipos Infames (mi favorita), pero esa la voy a dejar para otro día que tenga más tiempo. Hoy os voy a hablar de "Swinton & Grant", situada en la calle Miguel Servet, número 21. Paradas de metro Lavapiés y Embajadores.
He de confesar que me tenía mejor pinta al principio que cuando salí del local. Me explico:
Desde fuera la cafetería es especialmente atractiva. Amplia, las paredes decoradas con láminas y cuadros, libros al otro lado de la cafería y unas escaleras que bajan. Llosa y yo nos decidimos a entrar (como no, disfrutando de su grata compañía) y, tras tomar asiento, pedimos. El café no es especialmente caro (si no recuerdo mal 1'30 aprox.) y estaba muy pero que MUY RICO. Me llamó la atención que los desayunos que ofertaban tenían también un precio bastante asumible: café o té, zumo y tostadas. Muy recomendable si os gustan las infusiones y, detalle importante, la música muy tranquila y relajante.
Y resulta que la planta de abajo no eran simplemente los baños: ahí se realizan exposiciones. No sé si es que la que estaba cuando fuimos no me agradó o es que no me gustó la idea porque era un espacio demasiado amplio, pero me abstengo de comentarios al respecto; le voy a dar una segunda oportunidad. La librería, en cambio, no me gustó. Escaseaba la narrativa y abundaban los comics, libros de arte moderna o fotografía, personalmente dejaba mucho que desear. Pero oye, ¡si es vuestro rollo no sé a qué esperáis para ir!
Por último, mencionar que las láminas y fotografías de las paredes estaban a la venta, hecho que me gustó a pesar de que sus precios se salían enormemente de mi presupuesto.
Conclusión: El café muy rico y, si os cuadra de camino, deberíais dejaros caer para tomar algo (¡¡¡y después me comentáis qué tal la experiencia!!!). Un fuerte abrazo a todos y ánimo, ¡que en dos días empieza el fin de semana! - Alba Enríquez.
¡Buenas noches a todos y a todas! Tras haber desaparecido durante un tiempo, he de comunicar que he vuelto. Y he vuelto con ganas. Tengo mucho que contar, ¡así que vamos a dejar de perder el tiempo! Deciros, antes de nada, que esta vez trataré de ser más constante ya que tengo bastantes sitios en la recámara que he visitado y son dignos de contar. Mañana hace 3 semanas que empecé 2º de Derecho en la UC3M, nuevo piso, nueva habitación y bastante trabajo, pero ahí van unos consejillos para poner el cuarto bonito en tan solo una tarde. Lo primero, os voy a mostrar el antes:
Cuando vi el estupendo perchero no pude evitar acordarme de Ally McBeal y el hecho de que hasta que no pone uno en su casa, no la siente hogar. Me pareció precioso, aunque a mí me pasa lo mismo con los espejos... Mi primera idea, para darle MUCHO COLOR, fue pintar el corcho de morado. Parece una tontería pero la cosa cambia completamente. Lo segundo, por comodidad, fue colgarlo frente a la mesa. El perchero me pareció ideal para colgar todos mis bolsos; una colcha, también en tonos morados le dio también bastante vida. No tenía mesilla, así que coloqué una estantería; además, mi buena amiga Anusch me hizo dos dibujos que merecía decorar una de las paredes. Este es el resultado:
Pinté, además, el lateral de la repisa, un cachito más de corcho para enmarcar el dibujo de mi amiga, colgué el espejo (regalo de Clara) para sentir mi nueva habitación un poquito más hogar y, por último, coloqué en la pared un póster de una colección de Bimba&Lola (una de mis marcas favoritas). Espero, poco a poco, ir añadiendo más detallitos para personalizarla cada vez más; ¡se aceptan ideas! Ahora, un cambio RADICAL de tema. Me sorprende que, después de tantos meses, no os haya hablado de mi restaurante favorito de Madrid llamado La Gloria de Montera. Resulta que, tras pasado ya un año de amistad, tampoco había llevado a mi amigo Llosa allí y decidimos que ya era hora. Una mesa para dos, por favor.
Entrantes.
Gazpacho y Crêpe de rape y gambas. Personalmente, no soy muy fan del gazpacho, pero puedo aseguraros que la crêpe estaba para chuparse los dedos. Tiene buena pinta, ¿verdad? Pues a qué esperáis, c/ Caballero de Garcia 10.
Plato principal:
Lo pedimos para compartir, una fideua con calamares y gambitas, a la que podías ponerle un poquitín de Ali-Oli, un toque espectacular que le da un sabor increíble.
Postre: También lo compartimos, y es que parece que no pero son raciones bastante grandes y quedamos satisfechos. Os presento un bizcocho de nueces a los dos chocolates. Delicioso, me ahorro descripciones porque creo que saltan a la vista; es una de estas fotografías que se saborean.
El total de la cuenta fueron aproximadamente 28€, no tengo foto del ticket pero os da una idea del precio. Por la semana tenéis la posibilidad del menú del día, que cuesta unos 13-14€ y tampoco decepciona. Obviamente en la carta hay muchos más platos, pero os dejo a vosotros que vayáis y los descubráis. Paso a contaros un evento al que asistí el pasado 18 de Sept. y que todos habréis oído hablar de él: La VFNO.
Comenzamos la noche en Oysho y, aunque pasamos por varias tiendas como puede ser Guess, nos quedamos también en Adolfo Dominguez a pasar un buen rato. Fue una noche bastante divertida, participamos en un sorteo de un bolso de Michael Kors pero no nos tocó a ninguna.
Mi outfit se basa en unas sandalias de tacón ancho y unos detalles en piel grabada de Uterqüe, unos pantalones de traje a rayas en tonos azules oscuros de Massimo Dutti, un top y una chaqueta a juego de Adolfo Dominguez cuya parte de delante es blanca y escotada en pico, al igual que la espalda pero en tono beige y un sombrero marrón de Zara Men.
Los complementos se basan en un bolso de Bimba&Lola y un colgante (parte de niños) y un reloj también de Massimo Dutti.
Os recomiendo plenamente una escapadita, si podéis, el año que viene a este evento porque, a pesar de que el tiempo no estuvo a nuestro favor y lloviznó, hay mucho ambiente y es una ocasión ideal para reirte un buen rato. ¡Todo es cuestión de actitud!
Y con esto y un bizcocho, a la cama que me voy, ¡besiños a todos y todas!
Era la semana anterior a los primeros exámenes de enero de toda mi vida y me dedicaba a pasear por Madrid con mis padres. Después de unas intensas navidades encerrada, no hay nada como relajarse un poquillo: compras, compras y más compras. Pero entre tienda y tienda pasamos por Tirso de Molina y fue entonces cuando vi anunciada la obra de teatro El nombre de la Rosa. "Yo quiero ir a verla", pensé, y no encontraba a nadie dispuesto a acompañarme.
Pasaron los meses y llegamos a marzo. Mi compañero de clase David Llosa y yo nos empezamos a llevar muy bien cuando comenté que quería ir al teatro; "mis padres han ido a verla y les ha gustado", me contestó. Total, que dos semanas después ahí estábamos Nuria, David y yo con nuestras 3 entradas de 15€ para ir a ver El nombre de la Rosa al Teatro Apolo de Tirso de Molina en mi amado Madrid.
Pues eso, que si nadie venía, que si iba a ir sola, que si viene David, que si viene Nuria y que si después nos fuimos a cenar también con Paula. Pero comencemos desde el principio.
1. El teatro.
Una no se espera mucho de una obra cuya entrada cuesta 15€ y menos si considera que es difícil adaptarla al teatro; no obstante, no estuvo mal. Siendo sincera, la voz del protagonista (Guillermo de Baskerville) no era, para mi gusto, lo suficientemente grave. La noté rara desde un principio y tardé en acostumbrarme. Por último, teniendo presente que no soy una experta en el tema, la actuación del aprendiz del protagonista me pareció bastante mala, fundamentando esto en el hecho de que se paró para apartar un cable en medio de la obra.
Lo que más me gustó fue el escenario. Consistía en unas plataformas movibles que daban a entender con mucha facilidad si el escenario era interior o exterior, además de provocar una sensación dinámica agradable ya que la obra tiene una duración de 2h sin descanso. Resultó ser bastante ingenioso y los personajes se movían alrededor de él sin problema.
Y es que, aunque la obra era tan larga, no se me hizo especialmente pesada. La parte que destaco es cuando consiguen entrar en la biblioteca y reflejan perfectamente el laberinto en el que consistía.
Conclusión: para aquellos exigentes en el género la obra no es recomendada, quizás los actores no se luzcan tanto como otras de mayor calibre y lo puede apreciar hasta el menos entendido en el tema. En cambio, para los amantes de la novela que pretenden pasar el rato, la obra es óptima en relación-calidad-precio.
2. La cena.
El Ojalá playa en Madrid es un restaurante que decidí probar por recomendación. Se trata de un local en cuyo suelo hay arena, mesas y cojines (en un principio, ahora os contaré por qué) y en el que puedes disfrutar de un ambiente playero en pleno centro de una ciudad de interior. He ahí el nombre y la gracia del lugar.
Total, que tras llamar y descubrir que no podía reservar y que tenía que hacerlo a través de internet, me disponía a disfrutar de un sitio pintoresco para variar un poco. Pero el primer problema se presenta cuando sólo puedo reservar según el turno, lo que quiere decir que no puedo decir "quiero mesa para las 22.30h"; esto no me gusta, no me gusta no poder organizarme. Sin embargo, las ganas de comer en el suelo eran mayores que las de salir con todo planeado (detalle importante en una ciudad tan grande), y tras la función nos dirigimos al local esperando encontrar esto:
Espectativas
Y encontrando, en su lugar, esto:
Realidad
El segundo problema se refleja en la primera pregunta que formulé al entrar: "disculpe señorita, ¿por qué no hay arena en el suelo?". La camarera contestó de una forma un poco grosera y molesta manifestando su desagrado, la arena estaba en el piso de abajo y había que reservar para poder comer o cenar ahí con días de antelación. Le conté la llamada y que preferíamos esperar y comer abajo pero se apresuraron a sentarnos en una mesa; esto no nos pareció nada bien pero ya que estábamos allí decidimos disfrutarlo un poco.
La carta ya era conocida para mí, está disponible en internet y la había buscado para hacerme una idea de los precios.
Pedimos dos degustaciones, una de primeros y otra de terceros y sólo nos gustaron dos platos de seis: el carpaccio y los noodles. Lo lamento pero esta vez no hice fotos ni de la comida ni de la cuenta, y el restaurante barato no es; lo que ocurrió es que intentamos hacer una de esas reuniones sin móviles, para no parecer unos adictos como de costumbre. Graaaan error, las fotos de mis comidas suelo considerarlas sagradas.
Conclusión: La atención en el cliente brillaba por su ausencia y la comida no nos gustó especialmente por ser demasiado innovadora a ninguno de los 4. Puede que la desilusión de no comer sentada en un cojín en la arena influya en mi decisión pero, personalmente, no recomiendo el Ojalá playa.
Nada más que comentar por hoy, en mi próxima entrada hablaré del día de ayer. un restaurante griego de Fuencarral y una librería-cafetería llamada Tipos Infames.
Suena Of monsters and men en Spotify, necesito algo tranquilo pero que no duerma.
Este último mes ha sido muy, muy intenso: mis padres han venido a visitarme; Hannah, una amiga de Irlanda, ha estado una semana en mi casa; he comido fuera, tanto en restaurantes conocidos como nuevos que iré comentando; he ido al teatro y salido de fiesta; he estudiado, hecho exámenes y estado hasta arriba de prácticas. En resumidas cuentas, NO HE PARADO.
Por si esto fuera poco, me he dedicado a descubrir blogs por Internet en adelante y espero empezar a cumplir mi propósito de actualizar cada semana; esto no puede seguir así.
Con tanto que contar una no sabe muy bien por donde empezar, por lo que comenzaré por ayer e iré retrocediendo en el tiempo con lo que os cuente en las próximas entradas.
Mi amada compañera de piso (María, Mery para mí) y yo decidimos que era buena idea hacer una mini escapada por Madrid. Nada raro, comer fuera, tomar un buen postre y realizar unas compritas. Personalmente, salir sin reserva en un sitio, sin un plan fijo, me resulta bastante difícil; me gusta tener todo bien organizado, a poder ser con una semana de antelación, y que los planes no se cancelen, cancelar compromisos está muy mal visto. Pero bueno, haciendo un esfuerzo allá nos fuimos al centro.
A las 14.30 h estábamos caminando por Sol, Montera, Hortalezas y Fuencarral en busca de un objetivo y, tras anotar un par de restaurantes para nuestro próximo plan, decidimos deleitar nuestro paladar con un restaurante italiano.
¿Lo que más me gustó de la carta? Poder elegir en tres pasos tu plato:
1. La pasta.
2. La salsa.
3. Recipiente.
Nunca había visto tanta facilidad para satisfacer los gustos del cliente aunque, fiel a mi estilo, pedí lasaña (concretamente de verduras) como hago siempre que voy a un italiano. Aún así, me quedé con las ganas de probar la pasta negra, es probable que la próxima vez escoja los 3 pasos y me sorprenda un poco a mí misma.
María se decantó por un risotto de espárragos trigueros y trufa, también muy bueno.
Detalles que me gustaron:
1) Tras pedir y antes de comer nos pusieron pan y aceiteJ
NOTA: Los palitos de pan nos los comimos antes de la foto ¡upss!
2) El local. Mesas bajitas, cuadradas y de cristal; sillas amplias, cómodos sillones, espejos en el techo, camareros y camareras italianos, servicio rápido. En fin, que recomiendo comer en La Nicoletta.
¡Aquí os dejo el ticket y la dirección para que toméis nota y os hagáis una ligera idea de los precios!
Sin embargo, todo esto no nos bastaba y decidimos que un buen postre con un café calentito en ese día de lluvia era la mejor opción. Nos dirigimos por tanto a La harina donde el personal es extremadamente amable. Nos pusieron una mesita dentro porque estaba lleno, fueron muy, muy, muy, muuuuy majos y las tartas estaban buenísimas. Además, la decoración era espectacular; adjunto fotos.
Dos cafés con leche, tarta de zanahoria y tarta de chocolate blanco, ¡marchando! Lo malo de estos rincones es que suelen ser un poquito caros. Hace un par de semanas, cuando Hannah estuvo aquí fuimos también a otro llamado La cocina de mi vecina, que probablemente comentaré en la próxima entrada. Aún así, os dejo el ticket y la dirección por si algún día estáis golosos.
RESUMEN DEL DÍA:
La semana que viene, David Llosa y yo, iremos a un griego. ¡Me encanta probar la comida típica de los diferentes lugares del mundo!Dejando a parte sitios a los que ir, hace una semanita vi Kill Bill Vol. 2.
Y me dispongo a hacer un comentario MUY, MUY, MUY, MUUUUUY breve, que por supuesto no se merece, pero tampoco quiero resaltar mucho más. Me ha gustado, de hecho me ha gustado más que la primera. Se me ha hecho realmente corta y, aún así, Pulp Fiction me sigue pareciendo mejor. Por una vez no me esperaba así el final, puede que fuese porque se me olvidó ese detalle, pensé que acabaría usando la katana. Me quedo con el momento de angustia encerrada en la caja, y destaco lo moníiiiisima que es la niña. Si segundas partes nunca fueron buenas, esta película es la excepción. Totalmente recomendable, Tarantino me espera esta noche con DJANGO. ¡Un besito!